Un encuentro polifónico

Parte de este proyecto es redescubrir que la literatura es un hecho social, múltiple, realizado en conjunto… Por eso pedimos a algunos voluntarios que grabaran textos que tienen relación con el encuentro de este mes, el olfato y el gusto, y la memoria, y la vida, y los reencuentros, y…

Los compartimos con ustedes y los esperamos esta noche en Lacus, Gallardo 35.

Aceituneros – Miguel Hernández

Coloquio en Sicilia – Elio Vittorini

Mientras dura la ceremonia todos somos un poquito sagrados – Eduardo Galeano

La sal de la vida ¡Quinto encuentro del Submarino Literario!

Faltan un par de horas para este encuentro, y no te lo podés perder. Este mes bucearemos por los sentidos del gusto y del olfato, y además de la literatura que siempre nos acompaña habrá una degustación realizada por nuestro invitado del mes, el chef Osvaldo de Ángelis y un riquísimo menú para acompañarla.

El menu

Dado de pollo rebozado, batata con guacamole y canapé de queso saborizado acompañando una desgustación de cervezas.
Luego, brusqueta caprese, cuadradito de queso acompañando la degustación de vino.
Y de postre, cuadradito de brownie con frutos rojos y espumante.

(El costo de la tarjeta para participar de
esta variada desgustación es de $30)

En breve compartiremos por este medio los textos que leeremos esta noche, y como siempre están todos invitados a compartir sus propias lecturas y escritos.

Los esperamos en Lacus a las 18:30 h

Este sábado, «una prolongada vacilación entre el sonido y el sentido»

Desde el principio, principesco, polifacético, estuvieron unidos el sonido y el significado. El verbo del principio, fue también, principalmente, un sonido. Los homínidos, patizambos, desfachatados, guturalmente gritaron los primeros sonidos con significado. A esos ruiditos chistosos, desarticulados, que hacen los niños les damos también, un sentido.

A veces, en poesía, los sonidos no tienen sentido, o tienen muy poco, que es casi lo mismo, pero no es igual… O tienen tantos tantos sentidos que ninguno es del todo cierto y se nos pierde. No importa. Soliloquios solemnes y satíricos, sermones sistemáticos y sonetos cínicos han sido suficientemente soberbios, diáfanos, prístinos y sencillamente bellos prescindiendo del sentido. Han dicho los dichosos poetas que nada es necesario más que el sonido en un juego de matices auditivos para ser poesía. La música es, esencialmente, forma y fondo, sin nada más que eso.

Así, sean solemnemente invitados a asistir al sistemático (aunque siempre sin demasiado sistema) Submarino Literario. Insistimos en seguir sumergiéndonos en vastos mares de sargazos, evitando subterfugios varios y cefalópodos gargantuezcos vernianos, para sincopar la poesía más sublime, más simpática, más superflua, más cínica, simbólica, soberbia, simplona, similar a todo y a nada, soñadora, expúrea, purpúrea, andrógina… poesía.

¡Bienvenidos seáis,

                                    al Submarino Literario!

                                                                                   Sin más,

                                                                                                        Shhhhh….

 

El amor, eso que está en todas las canciones

Recordá que el sábado 31 de mayo nos encontramos en Lacus. Este mes nos reúne «el amor, eso que está en todas las canciones», y buscaremos las intersecciones entre la literatura y el sentido del tacto. Así que, andá buscando los textos que quieras compartir y preparándote para disfrutar de las lecturas (algunas de las cuales ya podés ver en la página «Los textos de cada encuentro»).

La cicatriz

Miguel, tú te escondiste
una noche de agosto, al alborear
C. Vallejo

Es como un mapa. Mira esa franja
entre las olas. Es una cicatriz
Un pedazo de carne. Una isla
Un frenesí. Aquí nacimos
¿Para viajar hasta morir?
                                    Animal

Aquí te perdí una tarde
Aquí te encontré de nuevo
En el borde. En la orilla
En el turbio confín.

 Jorge Luis Arcos

 

Instrucciones para entrar y salir del mapa

Trazar un contorno que abrace una forma que se fuga,
dejarse llevar por el vértigo de esa fuga que es deriva, hacia adentro y hacia afuera del mapa,
determinar demarcaciones desde donde reconocer la confluencia de los caminos transitados y por transitar, para así dibujar un mapa dentro del mapa,
reposar a la sombra de un árbol cualquiera una tarde de verano porque, aunque no esté señalado, siempre crecerá un árbol en algún pliegue del mapa,
o mojarse los pies cansados en el borde de un arroyo porque el mapa invita a caminar,
y en invierno, buscar abrigo en sus texturas porque el mapa es un tejido,
emprender el viaje que las historias del mapa cuentan, porque el mapa es relato,
aprender a llegar y partir, dois lados da mesma viagem, dice Milton Nascimento,
leer en el mapa el mundo, porque es su recorte, su modelo, su teoría,
fijar ilusoriamente una permanencia porque el mapa es tiempo y el tiempo, huida,
registrar sus dimensiones desmesuradas, sus demarcaciones territoriales lábiles, con sus orillas abismadas; su geografía, su orografía, su hidrografía,
localizar sus enclaves, validar sus límites, siempre difusos, siempre inestables,
decodificar la sistematicidad de sus ríos, colinas, cadenas montañosas, valles habitables, mares y desiertos, porque el mapa es sistema,
desanclarse de un referente esquivo porque el mapa es metáfora,
sumergirse en la corporalidad del territorio, porque todo mapa es cuerpo, materialidad; el mapa es mapa físico,
fundar recurrente e interminablemente la polis, porque todo mapa es político,
nombrar los lugares en el mapa porque el mapa es aprender a nombrar el mundo.

El mapa: objeto de deseo, figura de la utopía, incitación a la aventura, invitacion a soñar, gozar, desasosegarse, proyectarse, recordar y olvidar porque el mapa es literatura.
Bienvenidos al mapa,
bienvenidos al viaje,
bienvenidos a bordo del submarino literario.

Texto leído en la inauguración del Submarino Literario, sábado 26 de abril